Descubrir humanamente el mundo que nos rodea.
Por Edwin Botero Correa
«Lo que fue, eso será, y lo que se hizo, eso se hará; no hay nada nuevo bajo el sol».- (Eclesiastés 1, 9).
- (Sabiduría popular).
En términos simples, este es un lugar para reflexionar y hablar con libertad, pero también con seriedad y responsabilidad, sobre lo divino y lo humano.
Serán temas abordados mediante apuntes, comentarios y reflexiones, ilustrados con pequeñas citas y sentencias, y examinados a la luz de aquellos aspectos que mejor delinean y definen nuestro estatus humano. Con la mayor sencillez posible, pero sin detrimento de la profundidad.
Aquí insertaremos pensamientos y reflexiones; pero también tendrán cabida divagaciones y digresiones, como suele ocurrir en las conversaciones normales entre amigos. La única diferencia consiste en que procuraremos una conversación inteligente, atendiendo al hecho de que la realizan personas inteligentes y respetuosas, como usted y como yo.
Nos anima un claro propósito educativo, sobre la premisa de que entendemos la educación en su raíz etimológica y en su finalidad ética, como "conducir desde sí", con plena consciencia, conciencia y autonomía; es decir, respetando nuestra naturaleza y finalidad humanas.
El padre Juan Jaime Escobar, reconocido formador, indicaba en una conferencia dictada a maestros y padres de familia de una prestigiosa Escuela Normal Superior: «El problema de la Educación no es de Medios, sino de Fines», lo cual significa que va más allá de las dificultades relativas a dotación e infraestrura, que condicionan pero no determinan, así como de los enfoques metodológicos y didácticos. Y recalcaba el papel y la función del Alumno, al que etimológicamente se define como "A-lúminis": «El que mira y avanza hacia la Luz».
Esto supera el enfoque predominante hoy, según el cual el acto de educar consiste en "sacar de adentro". En tal sentido, permítasenos discrepar de quienes afirman que "el hombre nace bueno pero la sociedad lo corrompe". Nosotros pensamos que el hombre ES DIGNO, pero le compete la responsabilidad de demostrarlo procurando alcanzar su auténtica estatura natural y humana. Y ese es el objeto de la Educación.
El sólo "educir", desvincularía a la persona de su entorno humano y social natural: la Familia, propiciando el desarraigo y el individualismo, fenómenos ya presentes y operantes en la desestructuración de nuestra sociedad. Si entendemos la educación de esta manera, es porque no comprendemos a la Persona en su integralidad, porque ignoramos sus dimensiones constitutivas y los dinamismos propios que las acompañan, que generan tensiones emocionales y creativas, y que deben ajustarse y equilibrarse correctamente.
Sin esta comprensión antropológica y ética, lo que las personas darán de sí no será más que la expresión de un talento natural y un dominio técnico adquirido, pero sin humanidad.
Por eso nuestras reflexiones tendrán ese enfoque y ese tono. De modo, pues, que "aunque no haya nada nuevo bajo el sol", aún no somos plenamente concientes de lo que ocurre entre cielo y tierra. Para contribuir a ello es este espacio.
Estamos seguros de que será una gran experiencia. Te damos la bienvenida.
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