Queda ya menos de un año para que termine el infausto, fraudulento y ególatra desgobierno de Juan Manuel Santos, quien de manera dolosa no sólo ha transgredido todos los límites éticos e institucionales, sino que se ha apoderado de ellos extendiéndolos según su personal arrogancia y parecer. Sólo su desvergonzado proceder para validar sus exabruptos mediante la convocatoria de un plebiscito cuyas reglas alteró y manipuló en su favor, y cuyo resultado omitió con la mayor desfachatez, cinismo y descaro que le son propios, serían razón más que suficiente para que los órganos competentes dentro de los Poderes Públicos lo destituyeran y lo sometieran a juicio, no sólo político sino penal, en el que se incluyan el fraude electoral, los topes en los aportes a su campaña y todo el entramado de Odebrecht, amén del favorecimiento de delincuentes y la monumental labor de corrupción en todas las instancias gubernamentales para coludir las tres ramas del Poder hasta un vértice de corrupción ja
Un espacio para expresar nuestro sentir sobre algunas cosas que pasan entre el cielo y la tierra, para hablar un poco sobre lo divino y lo humano. Por Edwin Botero Correa