Apreciada Amiga: Vas a participar de una experiencia espiritual, es decir, profunda . Buscas un acercamiento y un encuentro más directo y personal con Dios. Todo comienza por una revisión de sí mismo y la valoración de las propias cualidades y defectos, aciertos y errores, grandezas y miserias, de las que ninguno de nosotros escapa. Pues bien, con esta carta quiero ayudarte a recordar y destacar las primeras: cualidades, aciertos y grandezas. En primer lugar, tu generosidad; enseguida, tu entrega y dedicación a los demás; y, finalmente, tu abnegación. No parecería haber ni agregar nada nuevo a ello, pues son dones femeninos por excelencia. Pero permíteme dirigirme a ti en primera persona. Te aseguro que sé muy bien de lo que hablo... Indudablemente, has sido dotada de una especial sensibilidad hacia las otras personas, que te lleva a ponerte en su lugar y a asumir como propias sus necesidades y dificultades hasta el punto de querer servir, si no para evitarlas, p
Un espacio para expresar nuestro sentir sobre algunas cosas que pasan entre el cielo y la tierra, para hablar un poco sobre lo divino y lo humano. Por Edwin Botero Correa